Page 499 - El Jugador - Iain M. Banks
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numeroso que ocupaba el centro de la calzada. El tráfico
‐‐sólo la mitad de los vehículos tenían motor, y la otra
mitad se desplazaban mediante la tracción humana‐‐ se
había visto obligado a invadir las aceras. Gurgeh fue
hacia la multitud pensando que su estatura bastante
superior al promedio azadiano le permitiría ver lo que
estaba ocurriendo, pero descubrió que la gente le abría
paso y se fue encontrando atraído hacia el centro de la
aglomeración.
Unos cuantos ápices bastante jóvenes estaban
atacando a un macho muy anciano caído en el suelo. Los
ápices vestían lo que parecía una especie de uniforme,
aunque apenas lo vio un sentido indefinible hizo que
Gurgeh comprendiese que no era ningún uniforme
oficial. Los ápices pateaban el cuerpo del anciano con una
especie de salvajismo controlado, como si el ataque fuera
un ballet del dolor en el que sólo pudiese haber un
ganador y se les estuviera evaluando no solamente por el
tormento y los daños físicos infligidos, sino también por
la impresión artística que produjeran.
‐‐Quizá se te haya pasado por la cabeza la idea de que
esto es un montaje preparado o una farsa, pero no lo es ‐‐
dijo Flere‐Imsaho‐‐. Ah, y estas personas no han pagado
para disfrutar del espectáculo. Lo que tienes delante es,
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