Page 258 - La Nave - Tomas Salvador
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—¡Asqueroso! Tendrás tu muchacho. Empieza,
antes de que el kisy te tumbe.
Natto, gesticulando grandiosamente, dio una
vuelta en torno a su auditorio.
—Oíd, oíd, noble familia de los guerreros. Natto,
el mejor truhán de la raza, va a cantar las nobles
hazañas del padre de todos vosotros, el invencible
Kalr. ¡Venid, oh espíritus de la Nave!, para encender
mi canto. Que se haga el silencio, porque nadie
puede hablar donde Natto está cantando; que nadie
duerma cuando Natto está, cantando; que nadie
fornique cuando Natto está cantando.
—Es nuestro mejor cantor —susurró Kalr—. No
vale para otra cosa. Se desmaya si ve sangre.
Natto, después de su exordio, se colocó en el
centro del anillo:
—¡Escuchad, oh pueblo ilustre
de los guerreros, de los duros y serenos
guerreros de la Nave! Escuchad y preparad
vuestros ojos al asombro, vuestras negras vestiduras
al resplandor del asombro.
Kalr, el padre de los pueblos, el rey de la familia
ha ideado el exterminio,
ha dominado el acero y ha llevado la victoria
más allá de las fronteras.
Y ha derramado la sangre de los negros orgullosos,
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