Page 260 - La Nave - Tomas Salvador
P. 260
que han de luchar a tu lado, el nombre de los hombres
que tienes a tu lado en este instante
Llama y te responderán. Dales el arma que has creado
y dejarán sus mujeres, las dejarán por seguirte.
Dales gloria, sangre y cantos, como en la fuerte
batalla por la que ahora celebramos, donde tantos
enemigos sucumbieron bajo el peso de tu brazo
infatigable.
¡Oh, padre de los...!
El canto hubiera seguido, a no dudar; pero Natto,
ahíto de gloria y kisy, se derrumbó
estrepitosamente. Los guerreros, tras un momento
de indecisión, prorrumpieron en aullidos y
levantaron al truhán, paseándole en triunfo.
—Es una lástima que no haya terminado —gruñó
Kalr—, porque era un hermoso canto.
Y tenía razón; eran palabras fuertes, extrañas, que
hablaban de pasiones olvidadas, de odios y sueños
dormidos en la sangre de las venas; eran palabras
venenosas, palabras que recordaban un pasado de
continuas batallas.
—Ahora traeré mis cautivos.
—¿Qué cautivos tienes? —preguntó, asombrado.
—Tantos como dedos en mis manos. Espero que
no se hayan ensuciado por dentro, como aquellos
que dejaste escapar.
260

