Page 262 - La Nave - Tomas Salvador
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El rostro de Kalr se congestionó hasta lo
imposible. Levantó la mano armada de la corta
maza, y por unos instantes pareció dispuesto a
machacar lo que se le pusiera por delante.
—¡Vete...! —logró musitar el guerrero.
—Me voy, Kalr —nunca podría saber de dónde le
venía aquel desesperado y frío valor—, pero
escucha unas palabras. Puedes ser un gran guerrero
o un pequeño guerrero. Un gran guerrero necesita
tener en cuenta muchas cosas. Por ejemplo, que tu
lanzadora‐de‐la‐muerte‐de‐Kalr todavía necesita
ser construida para todos o gran parte de tus
hombres; segundo, que hasta que eso sea posible,
hay que evitar que el enemigo ataque; hay que
evitar toda provocación; tercero, que un gran
guerrero no es sólo valiente en el combate, sino
generoso en la victoria. Matar a diez kros sólo para
dar gusto a una banda de borrachos, supone
declarar una guerra que hasta ahora no lo está, y
para la cual no tienes el arma preparada; supone
precipitar una lucha sin antes haber tomado todas
las ventajas posibles; y supone una monstruosidad,
porque si los kros saben que tú matas a los cautivos
para devorarlos, eso les hará tener miedo de tal
forma que lucharán como hombres desesperados.
Y, te lo digo yo, que soy kros: los negros tienen
cabeza y saben usarla. Además, ellos también tienen
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