Page 275 - Triton - Samuel R. Delany
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dio cuenta, en mitad de una risa, de que dentro de seis
meses..., de seis semanas, probablemente no volvería a
pensar nunca más en aquellos afables George y Angela y
Aroun y Enid y Hotai. Quiero decir, pensó, que ésta es
una misión política: ¡y nadie ha mencionado en ningún
momento la política! ¡Ni siquiera le he preguntado a Sam
cuál es la misión! ¿Es eso, se preguntó mientras
caminaban a lo largo de otro corredor (algunos del grupo
se dejaban llevar suavemente por la cinta rodante a uno
de los lados del corredor; otros caminaban a su lado,
charlando y riendo), lo que Sam quería decir con baja
volatilidad política?
En una de las habitaciones más grandes, opulentas y
móviles, con lujosos sillones reclinables en sus varios
niveles enmoquetados, había más bebida, más música,
más conversación...
—¡Todo esto es maravilloso, Sam! —exclamó
alguien—. Pero, ¿cuándo vamos a subir a la nave?
Otro alzó su tobillo para comprobar un complejo
cronómetro que llevaba sujeto allí.
—Creo que llevamos aquí al menos dos minutos y
cuarenta segundos —lo cual despertó un ¡Ooooh! del
grupo y más risas.
—Despegaremos dentro de diecisiete minutos. —Sam
descendió por la escalera en espiral—. Ésta es mi cabina.
Que cada uno ocupe el diván que quiera.
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