Page 304 - Triton - Samuel R. Delany
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Descendieron junto a una cabaña, con mucha hierba

           y  rocas  que  se  extendían  hasta  un  horizonte


           aparentemente infinito. A kilómetros de distancia, una

           ola gris se estrellaba por encima del borde del mundo...,

           ¿montañas? ¡Sí, y lo blanco a lo largo de su parte superior


           debía de ser nieve! Aparte de la cabaña, rocas y hierba y

           arbustos se extendían sin solución de continuidad bajo


           un cielo estriado de blanco.

                —¿Sabes? —dijo Sam—, cada vez que vengo aquí —

           (el autobús se alejó bamboleándose, pasó de la grava al


           asfalto con un cambio de crujir a sisear, se hizo pequeño

           a lo largo de una carretera que parecía hundirse en el

           paisaje, volvió a aparecer, diminuto, a lo lejos, volvió a


           hundirse)—, imagino que este lugar no ha cambiado en

           un millón de años. Luego miro a mi alrededor y me doy

           cuenta de todo lo que es diferente desde la última vez


           que estuve aquí, hace seis meses o un año. Sé que ese

           sendero no estaba aquí la última vez que vine... —Los


           afilados tallos de hierba se agitaban bajo el ligero viento

           junto a las tablas de la cabaña, a lo largo de las roderas

           que  se  alejaban  serpenteantes—.  Y  esos  grandes  pinos


           colgantes que puedes ver ahí... —(Bron había creído que

           eran  arbustos  y  estaban  mucho  más  cerca;  pero,  como


           había  estado  haciendo  a  cada  parpadeo  desde  que

           abandonaran  el  autobús,  la  perspectiva  se  reajustó)—.

           Bueno,  el  cuidador  me  informó  de  que  son




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