Page 362 - Triton - Samuel R. Delany
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(lacayo) de dorada piel, con una mano en su bolsa.
—Usted nos ha servido la última bebida, ¿verdad? Y
fue realmente maravillosa, teniendo en cuenta mi sed y
el agotador día que he tenido. ¿Cuánto dice en el menú...,
diez, once? ¿Doce...? —(Decía ocho cincuenta.) Metió los
dedos en el cuello de piel del bolso—. Bien, sólo su
sonrisa hizo que valiera el doble de su valor —y extrajo
dos billetes, el de encima el de veinte que había
esperado—. ¿Lo quieres...?
Los dorados labios del lacayo se abrieron.
—¿De veras lo quieres...?
Separando el billete de veinte del otro (que era de
treinta), Bron subió a la plataforma, lo alzó por encima
de su cabeza.
—Entonces aquí lo tienes..., ¡salta a cogerlo! ¡Salta!
El lacayo vaciló un momento, se mordió su dorado
labio inferior, los ojos aún alzados; luego saltó,
sujetándose al hombro de Bron.
Éste soltó el billete. Mientras caía revoloteando, se
liberó de la mano en su hombro y avanzó hacia el
siguiente lacayo, con el siguiente billete entre sus dedos.
—Pero usted, querida... —Se sintió ridículo
dedicándose a aquella comedia, por muy formalizada
que fuera, con mujeres—, usted proporcionó la primera,
la que alivió la apergaminada sed con la que llegamos.
¡Sólo eso triplica el precio! Toma, mi energética amiga...
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