Page 422 - Triton - Samuel R. Delany
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mente! La mutilación del cuerpo...».
Los murmuradores dominaron de nuevo.
De pronto, Bron abrió los ojos y alzó la cabeza.
La oscuridad le sorprendió. ¿Habían penetrado en el
n‐r? Miró. No: se trataba solamente de que el escudo aún
seguía desconectado. Las verdes letras de las
coordenadas brillaban altas en una pared al frente. Otro
murmurador se apoyó contra él. Fuera del grupo, la
gente estaba gritando y... ¡luchando con los
murmuradores al borde del grupo! Y había un olor
gredoso entre los cuerpos sin lavar. No, no ardía nada.
Pero su garganta tenía un escozor extraño.
—...en la estela de la catástrofe definitiva, la del
séptimo estadio, no tenemos otro recurso excepto la
mutilación de la mente, la mutilación del cuerpo... —le
llegó claramente, desde más allá de los murmuradores.
Todo el bienestar de Bron le abandonó, reemplazado por
el miedo. Se abrió camino entre los murmuradores,
apartándose de donde eran más fuertes los gritos...,
aunque había gritos al otro lado también.
A tres metros de distancia, entre dos harapientos
murmuradores que seguían obcecadamente su
tambaleante camino, vio la hiper‐musculosa, sucia y
peluda figura, acuclillada y con su mutilado rostro
crispado en una sonrisa que era casi una mueca (una
mujer, por las horribles e irregulares cicatrices de una
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