Page 168 - Las Naves Del Tiempo - Stephen Baxter
P. 168

las estrellas, ¡maldiciendo hasta que se nos acabase


            el aire!


            Nebogipfel parecía confundido.

            —No ha habido ningún error.


            —Aun así —repetí—, si lo hubiese, quizá por un


            error  mecánico,  entonces,  ¿cómo  podríamos


            corregir el rumbo en la cápsula?

            Pensó durante un tiempo antes de contestar.


            —No se cometen errores —repitió—, por lo que la


            cápsula no tiene necesidad de ninguna propulsión

            correctora,  como  usted  sugiere.  Al  principio  no


            podía creerlo, y tuve que hacer que Nebogipfel me


            lo  repitiera  varias  veces  antes  de  aceptarlo  como


            cierto.  ¡Pero  era  cierto!  Después  del  lanzamiento,

            la cápsula viajaba por el espacio con la inteligencia


            de  una  piedra:  la  cápsula  recorría  el  espacio  tan


            indefensa como la bala de cañón de Verne.

            Al protestar por la estupidez de aquel diseño, tuve


            la impresión de que el Morlock estaba sorprendido


            —como si estuviese debatiendo un punto de moral


            dudoso  con  un  vicario  aparentemente  de  mente

            abierta—y lo dejé.


            La  cápsula  giró  con  lentitud,  haciendo  que  las


            remotas estrellas y la inmensa pared de la Esfera

            girasen  a  nuestro  alrededor;  creo  que  sin  esa


            rotación quizás hubiese sido capaz de imaginarme


            seguro  en  alguna  noche  de  desierto;  pero  el  giro


            me  hacía  imposible  olvidar  que  estaba  en  una

            frágil  caja  que  caía  sin  soporte  ni  medio  de


            propulsión. ¡Pasé las primeras horas en la cápsula




                                                                                                          168
   163   164   165   166   167   168   169   170   171   172   173