Page 170 - Las Naves Del Tiempo - Stephen Baxter
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Por tanto, navegamos a través de la gran catedral
del espacio interplanetario con mucha facilidad.
Comencé a sentirme como si no tuviese cuerpo, y
se apoderó de mí una sensación de independencia
y despreocupación. No era como un viaje, ni
siquiera —después de las primeras horas— como
una pesadilla; más bien, me sentí como si
durmiese.
20
MI RELATO DEL FUTURO LEJANO
Durante nuestro segundo día de viaje, Nebogipfel
me preguntó nuevamente por mi primer viaje al
futuro.
—Pudo recuperar su máquina de manos de los
Morlocks —empezó—, y se adentró más en el
futuro de aquella historia.
—Durante un tiempo simplemente me aferré a la
máquina —recordé—, de la misma forma que
ahora me agarro a estas barras, sin preocuparme
demasiado de adónde iba. Finalmente me obligué
a mirar los indicadores cronométricos, y descubrí
que las manecillas corrían, con gran rapidez, hacia
el futuro.
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