Page 469 - Las Naves Del Tiempo - Stephen Baxter
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(me sorprendió que Gibson no nos
presentase a los dos soldados. Esa pequeña
descortesía —debido a la diferencia de
rango— me parecía por completo absurda,
¡allá en una playa del Paleoceno con sólo un
puñado de humanos en el mundo!).
Volví a agradecer a Gibson que rescatase al
Morlock, y le invité a desayunar en el
refugio.
—Está por la playa —dije, señalando; Gibson
se puso la mano sobre los ojos para ver.
—Bien, parece... ah... parece una
construcción sólida.
—¿Sólida? Yo diría que sí —contesté, y
comencé un largo e incoherente discurso
sobre los detalles del refugio inacabado, del
que me sentía desmesuradamente orgulloso,
y de cómo habíamos sobrevivido en el
Paleoceno.
Guy Gibson se puso las manos a la espalda y
escuchó con una expresión fija pero amable
en la cara. Los cipayos me miraban sor‐
prendidos y recelosos, con la manos siempre
cerca de las armas.
Después de unos minutos sentí, algo tarde, la
desatención de Gibson. Dejé que mi cháchara
terminara.
Gibson le echó un vistazo a la playa.
—Creo que les ha ido muy bien.
Sorprendentemente. Supongo que unas
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