Page 225 - El Señor De La Luz - Roger Zelazny
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ser, vi un resplandor como el del corazón del sol. Si hay un
dios del Fuego, es indudablemente él.
–Tenemos que huir –dijo Siddhartha–, porque va a haber
un gran incendio. No podemos luchar con él, así que mar‐
chémonos rápidamente.
–No temo a los dioses –dijo Taraka–, y me gustaría probar
el poder de éste.
–No puedes vencer al Señor de la Llama –dijo Sidd‐
hartha–. Su vara de fuego es invencible. Le fue entregada
por el dios de la muerte.
–Entonces se la arrebataré y la volveré contra él.
–¡Nadie puede hacerlo sin verse cegado y perder una
mano en el intento! Es por eso por lo que lleva su extraño
atuendo. ¡No perdamos más tiempo aquí!
–Debo verlo por mí mismo –dijo Taraka–. Debo verlo.
–No dejes que tu recién descubierta culpabilidad te im‐
pulse a flirtear con la autodestrucción.
–¿Culpabilidad? –dijo Taraka–. ¿Esa mezquina rata roe‐
dora de la mente de la que me hablaste? No, no se trata de
culpabilidad, Atador. Es que en este mundo, allá donde an‐
tes yo era supremo, excepto por ti, han surgido nuevos po‐
deres. Los dioses no eran tan fuertes en los viejos días, y si
realmente su poder ha crecido, entonces ese poder debe ser
probado ¡por mí en persona! Es propio de mi naturaleza,
que es energía, luchar contra cualquier nueva energía que
surja, y o bien triunfar sobre ella o ser atado por ella. Debo
probar la fuerza del Señor Agni, para vencerle.
–¡Pero somos dos dentro de este cuerpo!
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