Page 242 - LIBRO DE ACTAS-II-JORINVEDUC-2016
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del sujeto, pero está en gran medida condicionada, promovida o imposibilitada por las formas en
                 que el conocimiento se presenta, las posibles estrategias para su apropiación y la relevancia que
                 puede tener en la vida del que aprende.
                        Los  estudiantes  expresaron  en  su  mayoría,  que  conocieron  de  la  Lengua  “aspectos
                 desconocidos”, “el placer de la lectura”, en el cursado de la materia del profesorado, como nuevas
                 aristas, nuevas versiones de ese conocimiento que habían estado ausentes en otras experiencias
                 con la Lengua. Y esto tiene que ver con la relación del profesor con el objeto de la enseñanza, con el
                 lazo vivo y renovado que se ofrece y se comparte con el otro, con la confianza de que ese otro tiene
                 las herramientas para lograrlo.
                 En el caso de didácticas específicas como Ciencias Sociales y Ciencias Naturales, las dificultades se
                 presentan por el escaso margen que las propuestas docentes permiten para la intervención del
                 estudiante en la implementación de estrategias personales para la apropiación de códigos y lógicas
                 de cada una de las disciplinas. De este modo, el éxito o el fracaso de los aprendizajes depende de la
                 capacidad para seguir sistemáticamente un recorrido metodológico marcado por el docente, al final
                 del cual, el que lo logra, siente que realmente aprendió algo sustantivo (nuevas miradas sobre los
                 hechos  sociales  y  su  relevancia  como  contenidos  de  enseñanza,  por  ejemplo).  En  este  caso,  se
                 observa “la perspectiva monocrónica del aprendizaje” que plantea Terigi (Terigi, 2010b) 105 . Desde
                 esta perspectiva, la secuencia prevista del aprendizaje se lleva a cabo desde la lógica de rutinas
                 sostenidas,  que  supuestamente  garantizan  los  aprendizajes  previstos  (logrados  por  algunos
                 estudiantes). Aun  cuando la misma se encuentra en crisis, para los docentes que entienden su tarea
                 como  la  implementación  de  dispositivos  didácticos  inamovibles  y  que  no  incluyen  recorridos
                 diferenciados por parte de los estudiantes, tiempos y ritmos distintos de conocer y comprender,
                 resulta muy difícil ensayar alternativas que superen la rutina prevista.La docencia sigue actuando
                 (en términos generales) sobre la lógica de enseñar a todos por igual, pero promoviendo actividades
                 y resultados individuales (Terigi, 2012) 106 .
                        El curriculum implica un recorrido previsto institucionalmente, que se concreta y despliega
                 en  tiempos  programados,  en  estrategias  articuladas  y  fundamentadas  teóricamente,  pero  se
                 convierte en vivido cuando se entrama en vínculos propuestos desde una mirada y una vivencia de
                 la cultura presentada por los representantes de una generación, por un grupo que detenta discursos
                 y  perspectivas  autorizadas  de  la  misma.  Esos  vínculos  son  los  que  los  estudiantes  perciben  y
                 reconocen  como  facilitadores  u  obstaculizadores  en  un  principio,  de  sus  posibilidades  de
                 comprender  esas  porciones de la  cultura que  se  ofrecen  en  cada  clase. El  esfuerzo se  pone  en
                 lograrlo, aún antes de pensar cómo se deberá dar cuenta de esa comprensión.
                 Se supone que uno de los grandes objetivos de la educación es formar al individuo para el ejercicio
                 de la ciudadanía y la libertad de pensamiento, pero esto muchas veces se contradice en las mismas
                 propuestas  curriculares  y  didácticas,  cuando  las  mismas  no  incluyen,  el  interrogante  como  eje
                 vertebrador  del  acceso  al  conocimiento  (Esto  justamente  es  detectado  por  los  estudiantes  y
                 expresado en sus palabras, cuando se refieren a las dificultades por la resistencia de los docentes a
                 que ellos puedan ejercitar o ensayar otras formas de interpretar los problemas planteados por la
                 materia).
                        La posibilidad de entrar en el juego que el docente propone sobre el objeto de conocimiento
                 es algo sobre lo que los estudiantes deben trabajar de modo muchas veces incierto y sobre un
                 terreno  implícito,  que  van  descubriendo  en  el  devenir  del  tiempo  de  cursado.  Ese  juego  está
                 propuesto  en  el  caso  de  materias  que  presentan  dificultades,  desde  de  una  perspectiva  del


                 105 Terigi, Flavia (2010b). “El saber pedagógico frente a la crisis de la monocronía”. En Graciela Frigerio y   242
                 Gabriela Diker (comps.), Educar: saberes alterados, Buenos Aires, Del Estante.
                 106 Terigi,  F.  (2012).  Los  saberes  de  los  docentes:  formación,  elaboración  en  la  experiencia  e  investigación:
                 documento básico. VIII Foro Latinoamericano de Educación. Saberes docentes qué debe saber un docente y
                 por qué. Buenos Aires. Santillana. 1° Ed.
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