Page 247 - LIBRO DE ACTAS-II-JORINVEDUC-2016
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formadora de docentes de Nivel Superior no Universitario.
                        Estudiar  Filosofía  es,  aprender  a  “vivir  la  vida  a  plenitud,  mirando  al  mundo  con
                 profundidad” 111  es emprender un camino de admiración, según Descartes es aprender a conducir
                 el corazón, explotando al máximo nuestras potencialidades. Es aprender a buscar y a preguntar, con
                 paciencia y con rigor, él ¿por qué? de las cosas, sin permitir que los sentidos obnubilicen la mente.
                 Pero  no  solo  para  saber  por  saber,  sino  para  saber  vivir,  vivir  es,  vivir  con  sentido,  es  saber
                 reconocer  cada  paso  que  se  da  al  andar,  sin  apresurarse  a  dar  uno  sin  antes  pensarlo  y  si  se
                 equivoca, es porque está aprendiendo, sin titubear levantarse y seguir caminando.
                        Estudiar Filosofía, es como un viaje al lugar de nuestros sueños y quien la estudia es un
                 viajero, ahora, un buen caminante sabe de antemano que antes de partir, reúne ciertas cosas y
                 diligencias, necesarias todas para un satisfactorio y placentero viaje. (Rodríguez.1999)
                        Señala Cerletti (2009) hace ya un tiempo que parte de la comunidad filosófica ha abordado
                 la consideración de un conjunto de cuestiones planteadas por la enseñanza y el aprendizaje de la
                 Filosofía  entendida  como  problemas  filosóficos.  ¿Debemos/podemos  enseñar  Filosofía  o  a
                 filosofar?, ¿Se aprende Filosofía o a filosofar? O a las cuestiones que discute en relación con los
                 enfoques posibles para la enseñanza, con la profesionalización o el de la peculiar relación entre la
                 Filosofía, su historia y su enseñanza.

                 Formar profesores o formar filósofos en Educación Superior
                        Se admite la existencia de un cuerpo de conocimientos llamado por la tradición “Filosofía”
                 y se produce a idear diversas “formas” de enseñar, como lo haría con cualquier disciplina, desde
                 este punto de vista, el “objeto” a enseñar o el qué enseñar no se considera que influya de manera
                 sustancial en el cómo hacerlo y la tarea se reduce a encontrar las formas más adecuadas y eficaces
                 para lograr una buena transmisión.
                        El “qué se enseña” se colma con contenidos programáticos y “el cómo” queda librado al
                 sentido pedagógico del profesor, que será más o menos fundamentado de acuerdo a la formación
                 docente  que  haya  recibido  y/o  a  las diversas experiencias  que  haya  recogido  en su  trabajo de
                 enseñante y en especial, a las que haya acumulado en su etapa de estudiante.
                        Los estudiantes de Profesorados que llegan a los cursos más orientados a la enseñanza han
                 recorrido  ya  un  importante  trayecto  como  estudiante,  han  conocido  y  vivido  en  su  propia
                 experiencia,  lo  que  todos  sus  profesores  de  Filosofía  consideran  qué  es  y  también  lo  que  han
                 supuesto qué es enseñar y aprender Filosofía.
                        Que  las  concepciones  de  la  Filosofía  y  de  la  enseñanza  que  se  fueron  conociendo  sean
                 matizadas o poco variadas, hará que la experiencia de formación tenga una mayor o menor riqueza,
                 en  el  acto  de  enseñar  algún  tema  filosófico  se  enseña  ese  tema,  pero  también,  aunque  no  lo
                 evidencie, se enseña a enseñarlo. La Filosofía y la Didáctica transitan caminos separados que se
                 yuxtaponen ocasionalmente en virtud estas circunstancias.


                 El Profesor de Filosofía y la pregunta

                        El profesor es quien detenta la verdad y como tal tiene que decir la verdad, pero ninguno
                 tiene la verdad, ella se encuentra en el devenir del diálogo, como dice Hegel (1930) la verdadera
                 realidad es el devenir, no es el ser ni el no ser sino una tensión entre ambos por medio del diálogo








                 111 Follari, Roberto (2002). El eje de la teoría, la Filosofía y la Epistemología son productivas, pero de escasa   247
                 visibilidad aún en el campo educativo no rechaza la discusión en los debates de frontera de la teoría social,
                 de la ciencia y de la reflexión epistemológica.
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