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formadora de docentes de Nivel Superior no Universitario.
Estudiar Filosofía es, aprender a “vivir la vida a plenitud, mirando al mundo con
profundidad” 111 es emprender un camino de admiración, según Descartes es aprender a conducir
el corazón, explotando al máximo nuestras potencialidades. Es aprender a buscar y a preguntar, con
paciencia y con rigor, él ¿por qué? de las cosas, sin permitir que los sentidos obnubilicen la mente.
Pero no solo para saber por saber, sino para saber vivir, vivir es, vivir con sentido, es saber
reconocer cada paso que se da al andar, sin apresurarse a dar uno sin antes pensarlo y si se
equivoca, es porque está aprendiendo, sin titubear levantarse y seguir caminando.
Estudiar Filosofía, es como un viaje al lugar de nuestros sueños y quien la estudia es un
viajero, ahora, un buen caminante sabe de antemano que antes de partir, reúne ciertas cosas y
diligencias, necesarias todas para un satisfactorio y placentero viaje. (Rodríguez.1999)
Señala Cerletti (2009) hace ya un tiempo que parte de la comunidad filosófica ha abordado
la consideración de un conjunto de cuestiones planteadas por la enseñanza y el aprendizaje de la
Filosofía entendida como problemas filosóficos. ¿Debemos/podemos enseñar Filosofía o a
filosofar?, ¿Se aprende Filosofía o a filosofar? O a las cuestiones que discute en relación con los
enfoques posibles para la enseñanza, con la profesionalización o el de la peculiar relación entre la
Filosofía, su historia y su enseñanza.
Formar profesores o formar filósofos en Educación Superior
Se admite la existencia de un cuerpo de conocimientos llamado por la tradición “Filosofía”
y se produce a idear diversas “formas” de enseñar, como lo haría con cualquier disciplina, desde
este punto de vista, el “objeto” a enseñar o el qué enseñar no se considera que influya de manera
sustancial en el cómo hacerlo y la tarea se reduce a encontrar las formas más adecuadas y eficaces
para lograr una buena transmisión.
El “qué se enseña” se colma con contenidos programáticos y “el cómo” queda librado al
sentido pedagógico del profesor, que será más o menos fundamentado de acuerdo a la formación
docente que haya recibido y/o a las diversas experiencias que haya recogido en su trabajo de
enseñante y en especial, a las que haya acumulado en su etapa de estudiante.
Los estudiantes de Profesorados que llegan a los cursos más orientados a la enseñanza han
recorrido ya un importante trayecto como estudiante, han conocido y vivido en su propia
experiencia, lo que todos sus profesores de Filosofía consideran qué es y también lo que han
supuesto qué es enseñar y aprender Filosofía.
Que las concepciones de la Filosofía y de la enseñanza que se fueron conociendo sean
matizadas o poco variadas, hará que la experiencia de formación tenga una mayor o menor riqueza,
en el acto de enseñar algún tema filosófico se enseña ese tema, pero también, aunque no lo
evidencie, se enseña a enseñarlo. La Filosofía y la Didáctica transitan caminos separados que se
yuxtaponen ocasionalmente en virtud estas circunstancias.
El Profesor de Filosofía y la pregunta
El profesor es quien detenta la verdad y como tal tiene que decir la verdad, pero ninguno
tiene la verdad, ella se encuentra en el devenir del diálogo, como dice Hegel (1930) la verdadera
realidad es el devenir, no es el ser ni el no ser sino una tensión entre ambos por medio del diálogo
111 Follari, Roberto (2002). El eje de la teoría, la Filosofía y la Epistemología son productivas, pero de escasa 247
visibilidad aún en el campo educativo no rechaza la discusión en los debates de frontera de la teoría social,
de la ciencia y de la reflexión epistemológica.

