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Todas ellas, con orientación a la formación docente. Para este trabajo, se consideró como unidad de
análisis a la carrera de Profesorado de Psicología. La decisión de indagar en estos espacios se debe,
al desconocimiento sobre qué ocurre en el “mundo de la Práctica y Residencia” y, qué sentidos
construyen- reconstruyen los sujetos en estos espacios, inquietud que nació al cursar la cátedra
“Universidad y Formación Docente” de la carrera de Ciencias de la Educación de la FHyCS-UNJu, en
la que se realizó una experiencia de “Ayudantía Docente” en un Instituto de Educación Superior
(IES). En el marco de dicha experiencia formativa trabajé con el docente del IES (profesor “co-
formador”) y, al mismo tiempo con el equipo de la cátedra (profesores formadores). El Dispositivo
de Ayudantía 129 generó el planteo de múltiples interrogantes sobre la formación en la práctica
docente: ¿Qué ocurre con el profesor (co-formador) de las escuelas asociadas que reciben a los
residentes?, ¿Cuál es la tarea que realizan en el proceso de acompañar a los practicantes? ¿Cuáles
son los gajes del oficio de enseñar que se construyen en estos espacios de práctica y residencia
desde la visión de los co-formadores?, ¿Cuál es el sentido que le otorgan a esta actividad? Entonces,
indagar y comprender qué pasa con aquellos profesores es el objetivo del trabajo, es decir, conocer
el oficio del docente que se desempeña como co-formador en los espacios de práctica y los
significados que se construyen alrededor de estos espacios de formación.
En nuestro país, la fase preparatoria formal para el ejercicio de la docencia se desarrolla en
institutos del nivel terciario y en las universidades. Dentro de los primeros se distingue un doble
circuito: la formación del magisterio para la enseñanza básica y la formación del profesorado para
la enseñanza secundaria. Es decir, en la tarea de preparar a los futuros docentes, a lo largo de la
historia se ha venido desempeñando por instituciones específicas, por un personal especializado, y
mediante un currículum que establece la secuencia y contenido instruccional del programa
formativo. Así, las prácticas y residencias como asignaturas de las carreras de formación docente,
aparecen en la última etapa de dicha formación, en donde los estudiantes se insertan por un tiempo
prolongado en las escuelas para iniciarse en los gajes del “oficio docente”. Son prácticas ideadas con
motivos de formación, que responden a un dispositivo que incluye cierto grado de ficción y se realizan
bajo la supervisión de profesores responsables (Menghini R. y Negrín M. 2008: 6).
Este periodo representa un momento importante de formación, en tanto habilita para el
ejercicio de la profesión. Supone una racionalización y una especialización de un determinado saber
y de sus prácticas. Aunque luego continúe la formación permanente en ejercicio, la formación inicial
conlleva una primera responsabilidad pedagógica, social y política para la enseñanza en las escuelas
(…) es donde se genera los cimientos de la acción (Davini, 2015:23).
En este sentido, las prácticas y residencias suponen un juego de múltiples relaciones. Por
un lado, se vinculan dos territorios disímiles: institutos de formación docente con las escuelas
asociadas que reciben a los practicantes. Por otro lado, se teje una trama de vínculos intersubjetivos
entre todos los sujetos involucrados en el proceso: el alumno (futuro docente), el profesor del
espacio curricular de práctica y residencia (formador) y, el profesor que recibe a los residentes (en
adelante “co-formador”).
Los diferentes actores involucrados que intervienen en estos espacios construyen su perfil
identitario durante el tránsito por las instituciones educativas y en la participación de las prácticas
que allí tienen lugar. En todo este proceso la figura del profesor coformador es relevante, pues, es el
docente que recibe de manera voluntaria la incorporación de practicantes y residentes en los grupos-
clase que tiene a su cargo en las instituciones educativas y realiza el seguimiento individualizado de
129 La ayudantía docente entendido como el espacio de articulación de una doble relación pedagógica, en donde 266
el profesor a cargo del espacio curricular transmite su experiencia al ayudante, participando activamente en
su formación como discípulo. En este espacio, el estudiante sería un “ayudante de cátedra”.

