Page 266 - LIBRO DE ACTAS-II-JORINVEDUC-2016
P. 266

Todas ellas, con orientación a la formación docente. Para este trabajo, se consideró como unidad de
                 análisis a la carrera de Profesorado de Psicología. La decisión de indagar en estos espacios se debe,
                 al desconocimiento sobre qué ocurre en el “mundo de la Práctica y Residencia” y, qué  sentidos
                 construyen- reconstruyen los sujetos en estos espacios, inquietud que nació al cursar la cátedra
                 “Universidad y Formación Docente” de la carrera de Ciencias de la Educación de la FHyCS-UNJu, en
                 la que se realizó una experiencia de “Ayudantía Docente” en un Instituto de Educación Superior
                 (IES). En el marco de dicha experiencia formativa trabajé con el docente del IES (profesor “co-
                 formador”) y, al mismo tiempo con el equipo de la cátedra (profesores formadores). El Dispositivo
                 de Ayudantía 129  generó el planteo de múltiples interrogantes sobre la formación en la práctica
                 docente: ¿Qué ocurre con el profesor (co-formador) de las escuelas asociadas que reciben a los
                 residentes?, ¿Cuál es la tarea que realizan en el proceso de acompañar a los practicantes? ¿Cuáles
                 son los gajes del oficio de enseñar que se construyen en estos espacios de práctica y residencia
                 desde la visión de los co-formadores?, ¿Cuál es el sentido que le otorgan a esta actividad? Entonces,
                 indagar y comprender qué pasa con aquellos profesores es el objetivo del trabajo, es decir, conocer
                 el  oficio  del  docente  que  se  desempeña  como  co-formador  en  los  espacios  de  práctica  y  los
                 significados que se construyen alrededor de estos espacios de formación.

                        En nuestro país, la fase preparatoria formal para el ejercicio de la docencia se desarrolla en
                 institutos del nivel terciario y en las universidades. Dentro de los primeros se distingue un doble
                 circuito: la formación del magisterio para la enseñanza básica y la formación del profesorado para
                 la enseñanza secundaria. Es decir, en la tarea de preparar a los futuros docentes, a lo largo de la
                 historia se ha venido desempeñando por instituciones específicas, por un personal especializado, y
                 mediante  un  currículum  que  establece  la  secuencia  y  contenido  instruccional  del  programa
                 formativo. Así, las prácticas y residencias como asignaturas de las carreras de formación docente,
                 aparecen en la última etapa de dicha formación, en donde los estudiantes se insertan por un tiempo
                 prolongado en las escuelas para iniciarse en los gajes del “oficio docente”. Son prácticas ideadas con
                 motivos de formación, que responden a un dispositivo que incluye cierto grado de ficción y se realizan
                 bajo la supervisión de profesores responsables (Menghini R. y Negrín M. 2008: 6).


                        Este periodo representa un momento importante de formación, en tanto habilita para el
                 ejercicio de la profesión. Supone una racionalización y una especialización de un determinado saber
                 y de sus prácticas. Aunque luego continúe la formación permanente en ejercicio, la formación inicial
                 conlleva una primera responsabilidad pedagógica, social y política para la enseñanza en las escuelas
                 (…) es donde se genera los cimientos de la acción (Davini, 2015:23).

                        En este sentido, las prácticas y residencias suponen un juego de múltiples relaciones. Por
                 un  lado,  se  vinculan dos territorios  disímiles:  institutos  de  formación  docente  con  las  escuelas
                 asociadas que reciben a los practicantes. Por otro lado, se teje una trama de vínculos intersubjetivos
                 entre todos los sujetos involucrados en el proceso: el alumno (futuro docente), el profesor del
                 espacio curricular de práctica y residencia (formador) y, el profesor que recibe a los residentes (en
                 adelante “co-formador”).

                        Los diferentes actores involucrados que intervienen en estos espacios construyen su perfil
                 identitario durante el tránsito por las instituciones educativas y en la participación de las prácticas
                 que allí tienen lugar. En todo este proceso la figura del profesor coformador es relevante, pues, es el
                 docente que recibe de manera voluntaria la incorporación de practicantes y residentes en los grupos-
                 clase que tiene a su cargo en las instituciones educativas y realiza el seguimiento individualizado de

                 129  La ayudantía docente entendido como el espacio de articulación de una doble relación pedagógica, en donde   266
                 el profesor a cargo del espacio curricular transmite su experiencia al ayudante, participando activamente en
                 su formación como discípulo. En este espacio, el estudiante sería un “ayudante de cátedra”.
   261   262   263   264   265   266   267   268   269   270   271