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Música y Educación Núm. 90 Año XXV, 2 Junio 2012
dad idílica con ciudadanos pensantes, bien, concebir la inteligencia como una
críticos, autónomos en sus decisiones, característica distintiva de cada ser hu-
divergentes y creativos esté empañando mano, no estática pero tampoco dinámi-
la realidad a una pedagogía afanada en ca; como lo son el color de piel o el tono
diseñar, contra natura, modelos educati- muscular. Jugar a estirar la inteligencia
vos encaminados hacia semejante “mun- y la capacidad de razonamiento es una
do feliz”. ¿Hasta qué punto es plástico el idea tan poco apropiada como pretender
cerebro? ¿Es apropiado el concepto de que todos los niños, con el entrenamien-
inteligencia elástica? Conocemos de so- to oportuno, midan 1,90 m. ¿Para qué
bra las enormes diferencias intelectuales obsesionarse con una educación enfoca-
entre niños de la misma edad. Somos da a desarrollar el pensamiento hipotéti-
conscientes de las dificultades que tie- co-deductivo y la creatividad, desesti-
nen muchos de ellos para aprender con- mando que el éxito o fracaso de tal em-
ceptos e interrelacionarlos mientras presa está más condicionado por la po-
otros lo llevan a cabo sin esfuerzo y de sesión de la estructura neuronal que lo
forma natural. En la clase, observamos posibilite que por los aspectos metodo-
a diario cómo los alumnos conservan lógicos a los que recurrimos en el aula?
una línea intelectual muy parecida desde
que son pequeños hasta que acaban pri- Tal vez, sería más prudente modificar
maria, sin cambios significativos en su el punto de inicio, construyendo mode-
historial académico. Atendemos a la di- los educativos más humildes respecto a
versidad de nuestros alumnos, sí; pero la capacidad humana. ¿Por qué empe-
nos engañamos al creer que los progre- ñarnos en diseñar seres creativos e inte-
sos son la resulta de nuestra metodología ligentes? Más humano, más sindical y
cuando, realmente, de lo que más depen- propio de la filosofía pedagógica sería
den es de la propia capacidad del alum- atender al buen fin de que los alumnos
no. Pese a apoyos y refuerzos, adaptacio- aprendan dichosos de aprender. En el
nes curriculares y todo tipo de recursos siglo de la globalización y de asumir con
metodológicos de que dispongamos, a naturalidad las diferencias físicas y étni-
quien le cuestan las matemáticas, le se- cas, aún está pendiente aceptar con igual
guirán costando las matemáticas. No es naturalidad las diferencias intelectuales
una interpretación negativa de los resul- entre iguales. Pero éste es, estúpidamen-
tados, sino una realidad irrefutable. Aun te, un tema espinoso e incómodo en
así, la pedagogía del modelo educativo nuestra sociedad moderna y política-
actual continúa empeñada en la idea de mente correcta.
una inteligencia elástica y sigue dando
por sentado que todos los maestros sa- 7. Niños que aprenden dichosos
brán enseñar a aprender a cada uno de de aprender
sus treinta alumnos.
Sin embargo, contra todo pronóstico,
La inteligencia puede ser ligeramente después de una década llevándonos las
maleable, pero no elástica. La inteligen- manos a la cabeza, alarmados por las
cia no es un chicle. Deberíamos, más nuevas formas de ocio de los niños del
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