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Música y Educación Núm. 90 Año XXV, 2 Junio 2012

En el Aula TIC, combinando el uso de software musical y de edición de imagen

de una pequeña reflexión antropológica. tante, el hombre civilizado, en su afán de
Las melodías, los ritmos y cualquier tipo superarse, de glorificar su legado, acabó
de manipulación del sonido han desper- por otorgar categorías a su propia música.
tado el interés del hombre desde el origen Adjudicó una condición superior a deter-
mismo de su existencia. La música nunca minados estilos, géneros y conjuntos
ha necesitado leyes, pedagogías, conser- instrumentales; desposeyó a la música de
vatorios ni academias para fluir de forma su naturaleza social y la convirtió en un
natural y perdurar en el tiempo. Más allá fin en sí misma. Olvidó el papel social
de toda institución, el sitio de la música que desempeñaba. Esta música, ya des-
está al lado del hombre, en sus rutinas, en humanizada, evolucionó hacia la van-
lo cotidiano. El devenir de los aconteci- guardia.Y es así cómo a lo largo del siglo
mientos ha encontrado en la música un XX terminamos estrangulando la evolu-
inseparable heraldo a lo largo de los si- ción de toda una tradición musical: divi-
glos y las edades de la humanidad. Ésta nizándola, extirpándole su lado humano.
se reinventa una y otra vez paralela a los
acontecimientos sociales, seduciendo a Por otro lado, el milagro musical –que
unos, repeliendo a otros; pero siempre como he dicho fluye al margen de leyes,
formando parte crucial de la idiosincra- pedagogías, conservatorios y escuelas
sia colectiva. El vínculo de las personas de música; y también de críticos, musi-
con la música es indeleble porque, más cólogos, filósofos y antropólogos– se
allá del objeto artístico, la música es un reencuentra siempre con el hombre, por-
medio natural de socialización. No obs- que satisface la necesidad de expresarse
que el hombre tiene desde los tiempos

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