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Música y Educación Núm. 90 Año XXV, 2 Junio 2012

• Estimación de la escasez nacional de pro-
fesores de proyectos de cuerda en los años
2010-2013: 3.000.

  Características del programa:                 Actuación orquestal

  • Las clases de los programas de cuerda se      En agosto del mismo año, Robert Gi-
                                                llespie publicó un nuevo artículo al res-
  ofrecen durante el horario regular de cla-    pecto del que cabe destacar para finales
                                                de 2011 un nuevo documento de la AS-
  ses.                                          TA con las bases para crear un programa
                                                de cuerda frotada en colegios y con las
  • Por lo general, todos los instrumentos de   experiencias de diferentes colegios que
                                                están realizando esta actividad con sig-
  arco de cuerda (violín, viola, violonchelo    nificativo éxito.

  y contrabajo) se enseñaron juntos en una        En la actualidad, y tras conocer el de-
                                                sarrollo de la actividad desde sus inicios,
  clase.                                        surgen diferentes cuestiones:

  • Las clases se iniciaron en cuarto y quinto    –Por un lado, nos planteamos si sería
                                                posible crear un sistema de orquestas de
  curso.                                        manera general en la educación pública
                                                y privada.
  • Además de las clases de orquesta con to-
                                                  –Por otro lado, cabe pensar en cuáles
  do el alumnado, el 50% de los profesores      serían los efectos a corto y medio plazo
                                                de esta actividad en los alumnos, a nivel
  también imparte clases en grupos peque-       cognitivo, motriz, académico...

  ños de cámara.

  De esta manera, se refutan los datos
aportados por Hamann y Gillespie en
2002, y señala la fertilidad del proyecto,
confirmando que la demanda de este ti-
po de actividad aumenta exponencial-
mente cada año y que es necesario que
más universidades incluyan este tipo de
formación en sus programas.

  En 2010 los artículos publicados al
respecto –Michael Alexander-Bret
Smith19, Cathy A. Olson20– inciden en
los datos del White Paper y muestran que
el verdadero potencial de esta actividad
está por descubrir, y animan al profeso-
rado de música en general a que creen
estos programas y los lleven adelante
ellos mismos a través de los diferentes
libros y recursos que hemos comentado
anteriormente.

19. Alexander, Michael; Smith, Bret: “Studies show strong growth in school string programs”. Music Trades,
vol. 158, tema 3 (Abr. 2010) pág. 30.

20. Olson, Cathy Applefeld: “The picture Brightens for String Programs”. Teaching Music, vol. 18, tema 1
(Agos. 2010), pág. 18.

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