Page 100 - Viaje A Un Planeta Wu-Wei - Gabriel Bermudez Castillo
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Viaje a un plan eta Wu -Wei Gabri e l Berm údez Casti llo
de su escalada... no... era algo más. Lo mismo que en
algunos bosquecillos, en las colinas herbosas, había
sentido claramente una sensación de bienestar, de paz,
como si la naturaleza le acogiese gozosa y estuviera
satisfecha de que él se encontrase allí...
(«Extraña forma de pensar» se dijo),.. aquí sucedía lo
contrario. Las montañas le rechazaban. Las montañas
no querían que se les acercase... y caso de que se
atreviera a hacerlo...
De un manotazo, Sergio borró estos absurdos
pensamientos de su mente y continuó su marcha. Aún
quedaba un buen espacio de llanura hasta las primeras
estribaciones, y confiaba en acampar aquella noche al
pie de la primera cima.
El sol rozaba el horizonte con su parte inferior
cuando descubrió algo nuevo. Las primeras rocas de la
ciclópea cordillera se alzaban sólo a un kilómetro de él,
y la hierba había desaparecido totalmente, siendo
sustituida, como única manifestación vegetal, por
grupos sueltos de carrascas y pinos, entreverados con
abundantes avellanos. Ya se hallaba cansado,
pensando en acampar al amparo de la primera peña
que le ofreciera refugio (no, desde luego, en un
bosquecillo, y menos al lado de cualquier macizo
herboso) cuando su vista se fijó en un par de profundos
surcos trazados en el terreno.
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