Page 103 - Viaje A Un Planeta Wu-Wei - Gabriel Bermudez Castillo
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Viaje a un plan eta Wu -Wei Gabri e l Berm údez Casti llo
loma en cuya cima se recortaban, contra el sol,
irregulares agrupaciones de rocas, caídas y
amontonadas de cualquier forma. La loma le ocultaba
el sol poniente, extendiendo sobre él una ancha y
profunda sombra, pero las huellas de la carreta
continuaban estando allí; pudo percibirlo al tocar el
suelo con los dedos. Estaba claro que tenían que pasar
por el único sitio en que los peñascales dejaban un
lugar libre en la cresta de la loma, y hacia allí se
dirigió...
Subió inclinado la leve cuesta, y al final, ocultándose
tras una áspera peña, asomó la cabeza. En aquel
momento escuchó un chillido vibrante, procedente de
un animal que no conocía... Pudo ver una extensión
llana, similar en todo a la que acababa de dejar a su
espalda, con peñas sueltas, bosquecillos, y grandes
contrafuertes rocosos... A unos trescientos metros de
él, detenido en mitad de la planicie, silueteado en
negro contra el rojo sol y las violáceas barras de nubes,
había un largo vehículo rectangular, provisto de
anchas ruedas con llanta de hierro, que relumbraban
débilmente bajo la luz escarlata... Un par de robustos
animales con cuernos («¿Bueyes?», pensó) yacían en el
suelo en la parte delantera, uno de ellos inmóvil; el otro
pataleando espasmódicamente...
En aquel instante dos fogonazos surgieron de la
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