Page 102 - Viaje A Un Planeta Wu-Wei - Gabriel Bermudez Castillo
P. 102

Viaje a un plan eta Wu -Wei                               Gabri e l Berm údez Casti llo


               De todas formas estas deducciones no le iban a hacer

            falta. En aquel momento, un estampido bronco resonó

            no lejos de allí, en la misma dirección en que el carro


            había  marchado...  y  repercutió  sordamente  en  las

            monstruosas masas de la cordillera. A éste siguieron


            otros tres, casi juntos... y otro más...


               La  luz  se  hizo  en  la  mente  de  Sergio,  como  un

            relámpago.  Eran  armas  de  fuego...  fusiles  que

            disparaban  con  pólvora.  Recordaba  haber  usado


            algunos años antes un arma de éstas, por curiosidad.


               Sacando el cargador del rifle, y guardándolo, pues

            aún quedaban en él doce balas, introdujo uno nuevo,

            completo... y comenzó a caminar apresuradamente en


            dirección al tiroteo. Un par de nuevos estampidos se

            escucharon.


               Caminó durante quince minutos, escudándose detrás


            de las peñas sueltas, semihundidas en el terreno, que

            en tiempos pasados cayeron rodando desde las altas


            cimas montuosas. Casi había olvidado el peligro real

            de los pepinos voladores.


               Las huellas del carromato eran apenas visibles en la

            semioscuridad  del  crepúsculo,  pero  algún  disparo


            suelto, y en ocasiones una cascada de tiros agrupados,

            continuaban  llegando  hasta  él.  El  terreno  ascendía

            muy  ligeramente,  formando  una  especie  de  suave




                                                           102
   97   98   99   100   101   102   103   104   105   106   107