Page 105 - Viaje A Un Planeta Wu-Wei - Gabriel Bermudez Castillo
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Viaje a un plan eta Wu -Wei                               Gabri e l Berm údez Casti llo


            llevándose las manos a la cabeza, y aventar a lo lejos

            un fusil humeante, para caer después como una masa,

            sobre un bancal de tierra, con la cabeza hacia abajo y


            los brazos colgando... De algún lado, entre las rocas,

            surgió una antorcha encendida trazando molinetes en


            el aire, para caer después a unos metros del carromato.


               Mientras el acre olor a pólvora quemada llegaba a su

            nariz, Sergio, a la luz aceitosa de la antorcha, a la que

            pronto siguieron otras dos, pudo ver que el vehículo


            estaba constituido por una gran caja alargada, de quizá

            doce metros de largo por tres de ancho, con estrechas

            ventanas  aspilleradas,  de  donde  surgían  las


            llamaradas  de  los  disparos.  Una  nueva  antorcha  se

            estrelló  cerca  del  carricoche,  y  soltó  una  brazada  de

            chispas al chocar con el suelo... A su luz, Sergio pudo


            distinguir, durante un segundo, fragmentos de letras

            pintadas con colorines en las paredes del carromato.


               ...APIO...    ...DICINA PARA...



               ...NAZO MATINAL...    ...NOTICIAS...


               ...BAZAR Y...    ...STORE MERCAN...


               En  un  momento  tomó  su  decisión.  Fuesen  lo  que

            fuesen los de fuera, era evidente que los del vehículo

            eran gente civilizada, bastante más que los salvajes...


            Para  otro  instante  el  recomponer  todos  sus

            equivocados conocimientos sobre la Tierra...



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