Page 99 - Viaje A Un Planeta Wu-Wei - Gabriel Bermudez Castillo
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Viaje a un plan eta Wu -Wei Gabri e l Berm údez Casti llo
nuevo, Sergio descargó sobre él tres disparos, en
rápida sucesión.
Mientras el hediondo bicho se retorcía en los
espasmos de la muerte, Sergio se aproximó a la
cascada, cuidando muy bien de evitar los espacios
cubiertos y caminando solamente por los claros. Había
visto que aquellas bestias alcanzaban solamente unos
diez metros de distancia, si bien se lanzaban con
fulminante rapidez, como balas. De no ser por el
chasquido precursor del ataque, quién sabe si ahora
estaría gravemente herido, o quizá muerto.
A media tarde, las montañas se hallaban ya cerca.
Eran enormes y estremecedoras. Sergio, falto de
medios, no pudo calcular su altura, si bien pensaba que
podían elevarse cinco o seis mil metros sobre el nivel
de la llanura. Parecían pesar sobre él ocupando todo el
horizonte, llenas de escarpaduras, contrafuertes y
murallas extensísimas... Se alzaban hacia el
firmamento, una cima tras otra, una garganta salvaje
tras otra, ocres y verdes, cada hilera más alta que la
anterior, hasta ser coronadas por un montruoso y
gigantesco titán cuya cima era apenas visible, como
rodeada de una ligera bruma grisácea...
A pesar de todo, Sergio tuvo que reconocer que
aquellas montañas tenían un aspecto amenazador. Y
no era sólo su enorme mole y las ingentes dificultades
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