Page 49 - Viaje A Un Planeta Wu-Wei - Gabriel Bermudez Castillo
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Viaje a un plan eta Wu -Wei Gabri e l Berm údez Casti llo
deseos de venganza.
Tranquilamente, no intentó tocar uno solo de los
mandos del vehículo, dejándolo para más adelante.
Forcejeó en la hebilla de su cinturón, y, tras algunos
esfuerzos, logró desprenderla. La volvió, y arrancó una
delgada hoja de plástico que la cubría por la parte
trasera, apareciendo entonces los botones y la pantalla
de una diminuta calculadora electrónica. Durante unos
instantes se dedicó a efectuar unos rápidos cálculos...
después, cuando hubo obtenido el resultado, se reclinó
en la butaca y miró a través de las claraboyas. El arco
anaranjado de la Ciudad, todo prismas, poliedros,
estructuras salientes, planos que montaban unos sobre
otros, pero todo ello formando en fin un ciclópeo arco
que se perdía sobre el horizonte de la tierra, destellaba
como un conjunto de joyas mal engastadas bajo la
fulminante luz del ancho disco solar. A uno de los
lados era visible parte de la monstruosa curva de la
tierra, azul y ocre, muy cubierta de nubes blancas y
grises. Se hallaba sobre el ecuador, y dado que la
Ciudad giraba a la misma velocidad del planeta, era
evidente que siempre sobre el mismo punto. Era
preciso que saliera de allí, y eso, sin consumir más
combustible del preciso.
—Cuántos habrán perdido la vida por apresurarse —
dijo, en voz alta—. Y cuántos no se habrán atrevido a
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